Los riesgos medioambientales, sociales y geoeconómicos dominarán el escenario global de los próximos años. Para abordarlos, las empresas necesitarán un enfoque sistémico que combine tanto el análisis a corto como a largo plazo.
El informe de Riesgos Globales es realizado por el Foro Económico Mundial a partir de una encuesta anual dirigida a más de 1.200 expertos en riesgos globales, expertos del ámbito académico, empresas, gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil. En la encuesta se pregunta sobre los riesgos con mayor impacto en la actualidad, a corto plazo (próximos dos años) y a largo plazo (próximos 10 años).
Riesgos globales en 2023
Los riesgos con un mayor impacto potencial a escala global en 2023, según las respuestas obtenidas, son un reflejo de las principales preocupaciones en la actualidad:
Riesgos globales horizonte 2025 y 2033
Los próximos dos años se prevén dominados por riesgos sociales y medioambientales, impulsados por las tendencias geopolíticas y económicas. Centrándonos en las respuestas provenientes de las empresas encuestadas, los principales riesgos ordenados de mayor a menos severidad serían los siguientes:
El panorama de riesgos para los próximos 10 años se mantiene dominado por el deterioro de los riesgos ambientales, con los riesgos relacionados con el clima y la naturaleza liderando el Top 10.
No obstante, comparado con los riesgos a corto plazo, los riesgos sociales crecen en importancia. Aquí encontramos riegos como el deterioro de la salud mental, el colapso de los servicios públicos, las migraciones forzadas a gran escala y la erosión de la cohesión social.
Crisis del coste de la vida
Posicionado como el riesgo global más severo en los próximos dos años, el precio de la cesta básica ya estaba al alza antes de la pandemia. La deuda de los hogares ha aumentado en ciertas economías y los tipos hipotecarios han alcanzado su nivel máximo en más de una década. Todo esto podría reducir los gastos en necesidades esenciales, empeorando los resultados de la salud y el bienestar de las comunidades.
Recesión económica
La complejidad de la dinámica inflacionaria está creando un entorno político desafiante, tanto para el sector público como para los bancos centrales, dada la combinación de impulsores del lado de la demanda y la oferta.
Confrontación geoeconómica
Ante las vulnerabilidades subrayadas por la pandemia y la guerra en Ucrania, la política económica, especialmente en las economías avanzadas, se dirige cada vez más hacia objetivos geopolíticos.
Pausa de la acción climática
Las tensiones geopolíticas y las presiones económicas hacen poco probable que el impulso general para la mitigación del cambio climático se acelere rápidamente en los próximos dos años.
Polarización social
Las divisiones económicas y sociales se traducen en divisiones políticas, planteando un desafío tanto para los sistemas autocráticos como para los democráticos.
Mirando hacia adelante: ¿Es posible la anticipación?
La confluencia de las crisis actuales distrae la atención y los recursos de los riesgos globales que pueden convertirse en las crisis del mañana. La sobrepriorización de los desafíos actuales puede llevarnos a un círculo vicioso donde los recursos son absorbidos por la gestión de las crisis, en lugar de ser dirigidos a la preparación para riesgos futuros.
Los enfoques defensivos, fragmentados y orientados a las crisis son miopes y, a menudo, perpetúan los círculos viciosos. Los mayores niveles de incertidumbre deben hacernos cambiar el enfoque de lo probable hacia lo posible para garantizar que la preparación ante los riesgos aborde el alcance completo de los posibles impactos.
Para mejorar la previsión de riesgos globales es necesaria una visión y enfoque sistémico. Los riesgos que están más influenciados o expuestos a otros riesgos serán los más difíciles de controlar, mientras que aquellos que ejercen una gran influencia sobre las dinámicas de la red deberían priorizarse como puntos clave de intervención.
Los desafíos complejos no pueden resolverse únicamente mediante la toma de decisiones a corto plazo y, sin embargo, el pensamiento a largo plazo por sí solo es insuficiente frente a las crisis que se están desarrollando actualmente.
Los líderes empresariales deben adoptar una visión dual que equilibre la gestión de las crisis actuales con una perspectiva a más largo plazo. Las acciones tomadas para abordar los desafíos actuales deben, como mínimo, evitar exacerbar los riesgos futuros. Y, a la inversa, muchas acciones a corto plazo también pueden actuar como estabilizadores a largo plazo.
La mayoría de los riesgos globales se encuentran fuera del control directo de cualquier entidad del sector público o privado. A medida que los riesgos se entrelazan cada vez más, la anticipación debe convertirse en una responsabilidad compartida entre los gobiernos, las empresas y la sociedad civil, aprovechando sus respectivos puntos fuertes.
Más información
World Economic Forum. Global Risks Report 2023
https://www.weforum.org/reports/global-risks-report-2023