¿Qué riesgos globales nos impactarán en los próximos años?

6 de febrero de 2023

Los riesgos medioambientales, sociales y geoeconómicos dominarán el escenario global de los próximos años. Para abordarlos, las empresas necesitarán un enfoque sistémico que combine tanto el análisis a corto como a largo plazo.

 

El informe de Riesgos Globales es realizado por el Foro Económico Mundial a partir de una encuesta anual dirigida a más de 1.200 expertos en riesgos globales, expertos del ámbito académico, empresas, gobiernos, la comunidad internacional y la sociedad civil. En la encuesta se pregunta sobre los riesgos con mayor impacto en la actualidad, a corto plazo (próximos dos años) y a largo plazo (próximos 10 años).

 

Riesgos globales en 2023

 

Los riesgos con un mayor impacto potencial a escala global en 2023, según las respuestas obtenidas, son un reflejo de las principales preocupaciones en la actualidad:

  • Crisis de suministro de energía
  • Crisis de coste de la vida
  • Inflación creciente
  • Crisis de suministro de alimentos
  • Ciberataques en infraestructuras críticas

 

Riesgos globales horizonte 2025 y 2033

 

Los próximos dos años se prevén dominados por riesgos sociales y medioambientales, impulsados por las tendencias geopolíticas y económicas. Centrándonos en las respuestas provenientes de las empresas encuestadas, los principales riesgos ordenados de mayor a menos severidad serían los siguientes:

  • Crisis de coste de la vida
  • Desastres naturales y clima extremo
  • Confrontaciones geoeconómicas
  • Ciber-inseguridad
  • Daños medioambientales a gran escala
  • Erosión de la cohesión social y polarización
  • Fracaso en mitigar el cambio climático
  • Crisis de recursos naturales
  • Crisis de endeudamiento
  • Fracaso de adaptación al cambio climático

 

El panorama de riesgos para los próximos 10 años se mantiene dominado por el deterioro de los riesgos ambientales, con los riesgos relacionados con el clima y la naturaleza liderando el Top 10.

 

No obstante, comparado con los riesgos a corto plazo, los riesgos sociales crecen en importancia. Aquí encontramos riegos como el deterioro de la salud mental, el colapso de los servicios públicos, las migraciones forzadas a gran escala y la erosión de la cohesión social.

 

Crisis del coste de la vida

 

Posicionado como el riesgo global más severo en los próximos dos años, el precio de la cesta básica ya estaba al alza antes de la pandemia. La deuda de los hogares ha aumentado en ciertas economías y los tipos hipotecarios han alcanzado su nivel máximo en más de una década. Todo esto podría reducir los gastos en necesidades esenciales, empeorando los resultados de la salud y el bienestar de las comunidades.

  • Aunque las cadenas de suministro globales se han adaptado parcialmente, la relajación de las políticas anti-Covid en China podría hacer subir aún más los precios de la energía y las materias primas.
  • Tanto la falta de asequibilidad como de disponibilidad de productos de primera necesidad pueden avivar la inestabilidad social y política. La inseguridad puede exacerbar la inestabilidad en países que se enfrentan simultáneamente a crisis alimentarias y de deuda, como Túnez, Ghana, Pakistán, Egipto y Líbano.
  • Existe la posibilidad de que se produzca una crisis de suministro de alimentos en 2023, con la continuación de la guerra en Ucrania, el efecto retardado de un aumento de los precios de los fertilizantes el año pasado y el impacto de las condiciones climáticas extremas en la producción de alimentos en regiones clave.

 

Recesión económica

 

La complejidad de la dinámica inflacionaria está creando un entorno político desafiante, tanto para el sector público como para los bancos centrales, dada la combinación de impulsores del lado de la demanda y la oferta.

  • Se pronostica que el crecimiento global se desacelerará a 2,7% en 2023, con alrededor de un tercio de la economía mundial enfrentando una recesión técnica liderada por los mercados avanzados.
  • Los gobiernos y los bancos centrales caminan en la cuerda floja entre la gestión de la inflación sin desencadenar una recesión prolongada y evitar una crisis del coste de la vida, al tiempo que atienden a deuda históricamente elevada.

 

Confrontación geoeconómica

 

Ante las vulnerabilidades subrayadas por la pandemia y la guerra en Ucrania, la política económica, especialmente en las economías avanzadas, se dirige cada vez más hacia objetivos geopolíticos.

  • La búsqueda del incremento de la autosuficiencia en productos estratégicos clave, así como de la mitigación y adaptación al cambio climático, se ha traducido medidas que hacen aumentar la competencia entre los bloques globales: sanciones, guerras comerciales, controles de exportación sobre tecnologías clave y propiedad intelectual, restricciones sobre empresas que trabajan con empresas extranjeras designadas, selección de inversiones salientes, etc.
  • Las ramificaciones financieras y tecnológicas de esta confrontación geoeconómica pueden resaltar más vulnerabilidades, llevando a los estados a reducir otras interdependencias en nombre de la seguridad nacional y la resiliencia en los próximos años.
  • Unas cadenas de suministro más cortas pueden aumentar la exposición a riesgos concentrados geográficamente, como la escasez de mano de obra, los disturbios sociales, las pandemias y fenómenos meteorológicos naturales.

 

Pausa de la acción climática

 

Las tensiones geopolíticas y las presiones económicas hacen poco probable que el impulso general para la mitigación del cambio climático se acelere rápidamente en los próximos dos años.

  • Los responsables políticos se enfrentan cada vez más a la disyuntiva entre seguridad energética, asequibilidad y sostenibilidad. Por ejemplo, la UE gastó 50.000 M€ en infraestructura y suministros de combustibles fósiles y algunos países reiniciaron las centrales eléctricas de carbón.
  • Estos desafíos, en el contexto de un panorama económico en deterioro y costos de insumos inflados, pueden posponer las inversiones en métodos de producción más ecológicos, particularmente en industrias más pesadas y “sucias”.

 

Polarización social

 

Las divisiones económicas y sociales se traducen en divisiones políticas, planteando un desafío tanto para los sistemas autocráticos como para los democráticos.

  • La creciente polarización está contribuyendo al declive de las democracias. La proporción de la población mundial que vive en países autocráticos aumentó del 5 % en 2011 al 36 % en 2021.
  • La desinformación es tanto un acelerador de la erosión de la cohesión social como una consecuencia. Con su potencial de desestabilizar la confianza en la información y los procesos políticos, se ha convertido en una herramienta para propagar creencias extremistas.

 

Mirando hacia adelante: ¿Es posible la anticipación?

La confluencia de las crisis actuales distrae la atención y los recursos de los riesgos globales que pueden convertirse en las crisis del mañana. La sobrepriorización de los desafíos actuales puede llevarnos a un círculo vicioso donde los recursos son absorbidos por la gestión de las crisis, en lugar de ser dirigidos a la preparación para riesgos futuros.

 

Los enfoques defensivos, fragmentados y orientados a las crisis son miopes y, a menudo, perpetúan los círculos viciosos. Los mayores niveles de incertidumbre deben hacernos cambiar el enfoque de lo probable hacia lo posible para garantizar que la preparación ante los riesgos aborde el alcance completo de los posibles impactos.

 

Para mejorar la previsión de riesgos globales es necesaria una visión y enfoque sistémico. Los riesgos que están más influenciados o expuestos a otros riesgos serán los más difíciles de controlar, mientras que aquellos que ejercen una gran influencia sobre las dinámicas de la red deberían priorizarse como puntos clave de intervención.

Los desafíos complejos no pueden resolverse únicamente mediante la toma de decisiones a corto plazo y, sin embargo, el pensamiento a largo plazo por sí solo es insuficiente frente a las crisis que se están desarrollando actualmente.

 

Los líderes empresariales deben adoptar una visión dual que equilibre la gestión de las crisis actuales con una perspectiva a más largo plazo. Las acciones tomadas para abordar los desafíos actuales deben, como mínimo, evitar exacerbar los riesgos futuros. Y, a la inversa, muchas acciones a corto plazo también pueden actuar como estabilizadores a largo plazo.

 

La mayoría de los riesgos globales se encuentran fuera del control directo de cualquier entidad del sector público o privado. A medida que los riesgos se entrelazan cada vez más, la anticipación debe convertirse en una responsabilidad compartida entre los gobiernos, las empresas y la sociedad civil, aprovechando sus respectivos puntos fuertes.

 

Más información

World Economic Forum. Global Risks Report 2023

https://www.weforum.org/reports/global-risks-report-2023

 

 

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