Los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED) disminuirán un 40% en 2020, alcanzando el valor más bajo desde 2005.
Según el Informe sobre la inversión mundial 2020 de la UNCTAD, se prevé que la IED continuirá disminuyendo entre un 5% y un 10% adicional en 2021, para posteriormente iniciar una recuperación en 2022 gracias a la reestructuración de las cadenas de valor mundiales y la recuperación de la economía.
Tras la crisis financiera mundial del 2008, los flujos de inversión transfronteriza en activos productivos físicos dejaron de expandirse, junto con un lento crecimiento del comercio y una desaceleración de las cadenas de valor mundiales.
En el contexto actual, las medidas de confinamiento y las perspectivas de una recesión global están llevando a las empresas multinacionales a reevaluar y atrasar nuevos proyectos de inversión, a lo que hay que añadir las medidas de restricción sobre la inversión adoptadas por los gobiernos durante la crisis.
Tanto los nuevos anuncios de inversiones en nuevas instalaciones como las fusiones y adquisiciones transfronterizas cayeron en más del 50% en los primeros meses de 2020 en comparación con el año pasado. Así, las principales 5.000 multinacionales mundiales han anunciado revisiones a la baja de sus ganancias esperadas en un 40% en promedio.
Tendencias que configuran la producción internacional
Las tendencias existentes, las cuales resultan de los desafíos del creciente proteccionismo, la Industria 4.0 y el imperativo de la sostenibilidad, ya estaban convergiendo y la pandemia no ha hecho más que acelerar el proceso. El informe señala tres tendencias tecnológicas claves de la nueva industria:
El ritmo y el alcance de estas tecnologías dependerán del entorno político, las preocupaciones de sostenibilidad, sociales y de gobernanza corporativa, los cambios impulsados por el mercado y las medidas para aumentar la resiliencia de las cadenas de suministro.
El informe prevé cuatro posibles trayectorias en la producción: reshoring, diversificación, regionalización y replicación. Es probable que los efectos de estas tendencias impliquen un aumento de la desinversión, deslocalizaciones y desvío de inversiones, así como una competencia más dura por la IED. No obstante, también pueden surgir nuevas oportunidades debido a que los inversores buscan diversificar sus proveedores y canales de suministro para mejorar la resiliencia de su producción.
Susana Gonzalez Ruiz
Observatorio amec