El director general de amec, Joan Tristany, ha participado en la jornada Fragilidades y fricciones en la economía global: diagnóstico e implicaciones, en la séptima edición del seminario que organiza anualmente el CEI-International Affairs sobre economía y geopolítica, dedicado a debatir sobre lo que sucede en el mundo y realizar proyecciones de lo que puede ocurrir. Moderado por el Catedrático de Economía en la Universidad de Barcelona, Juan Tugores, el seminario, que ha tenido lugar el 3 de octubre en el Palau Macaya, ha contado además con la participación del investigador principal del Real Instituto Elcano, Federico Steinberg, y la doctora y experta en relaciones internacionales, energía y países árabes, Aurèlia Mañé.
Steinberg ha explicado el impacto económico de la Covid-19 en perspectiva internacional, la respuesta que se ofrece a nivel político-económica y la posible estrategia de salida a largo plazo. Cómo gestionar la enorme deuda acumulada con la pandemia. Para Steinberg, la pandemia ha actuado de acelerador de las tendencias no sólo en digitalización, sino también en desigualdad y en la erosión del sistema mutlilateral. El experto del Instituto Elcano ha explicado así los riegos a los que nos enfrentaremos en 2021 y 2022 como resaca de la pandemia.
En el terreno micro, el director general de amec ha explicado cómo la situación está afectando a las empresas, aportando concretamente la perspectiva de las empresas industriales. Para Tristany, pese al desconcierto inicial, existe una asunción paulatina entre las empresas de que nos encontramos en un cambio de era. “Las empresas, aun estando en la niebla, y en unos momentos de gestión a muy corto plazo, tienen claro que hay que ver más allá”, ha explicado. El actual cambio de era es el cambio del antropoceno, en el que el hombre ha actuado para lograr un desarrollo sin importar el impacto negativo en el planeta, a otro modo de hacer las cosas. “Se cuestiona en 2019 en la Business Roundtable si es un tema de maquillaje. Pero se ve claramente que las empresas han sido parte del problema y quieren ser ahora parte de la solución”, afirma Tristany. Ante estos escenarios, las empresas responden con el desarrollo de valores, la potenciación de la nueva innovación, el anclaje de conocimiento, la diversificación y la flexibilidad de su organización. El objetivo es ahora el bienestar de todos los miembros de la organización y de todo el entorno. De aquí el nuevo lema de amec: Positive industry.
La pandemia ha cambiado la forma de operar de las empresas, empezando por la anunlación de ferias, que ha provocado un “choc” en la relación con el cliente. Frente a los escenarios de salida de la actual crisis, el director general de amec apunta a que “todo depende de la duración de la pandemia y de la efectividad de las medidas que se adopten”. La salida no va a ser sincronizada ni homogénea. Las empresas responden de forma distinta: resistiendo hasta que vuelva la normalidad, o bien adaptándose, mientras que otras empresas optan por la transformación, considerando que las cosas van a cambiar. "Las empresas ven oportunidades de negocio estando dentro de la niebla. Ven que existen ahora, estando dentro de la tormenta, como cuando desaparezca”. En el futuro, además de la importancia en la captación del talento, serás claves la sostenbibilidad, la limitación de la movilidad, la servitización, la anticipación de la demanza y la disminución de los plazos de producción y entrega.
Sobre la crisis de valores también ha hablado la doctora Aurèlia Mañé, para quien volvemos a las ideas de keynesianas sobre la necesaria redistribución de la renta, algo que no se cumple en un sistema capitalista que actualmente “crea conflicto y lleva a la crisis”. Mañé añade que “hay falta de política económica”, a través de la cual se puede reformar el sistema actual. La falta de ascensor social, de distribución equitativa, de pocos recursos destinados a educación está llevando a un régimen de plutocracias, “el gobierno de los ricos y regímenes oligárquicos”. “Estados Unidos estña tendiendo a un régimen de este tipo”, indica la doctora Mañé. La falta de conciencia de clase, por el triunfo del individualismo tanto a nivel ideológico como de sociedad, ha conducido a esta falta de pensamiento esencial en economía política. Como ejemplo, el hecho de que contribuyentes y empresas sean reticentes a pagar impuestos, es decir, de contribuir a la sociedad.
Seguir aquí con más detalle el seminario, que incluye un interesante debate en su tramo final.