Jordania es un país atípico en la región. Se la conoce como la Suiza del Oriente Medio: conciliador en el conflicto Israel-Palestina, mantiene vínculos sólidos con países del Golfo y buenas relaciones con EE.UU. y la Unión Europea. En consecuencia, es próximo por ello a España. Sin embargo, se encuentra en una zona de gran inestabilidad política. Comparte frontera con Siria y ha sufrido el impacto de su terrible guerra. La tensión también ha aumentado por nuevos asentamientos israelís en Cisjordania, el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén y los acuerdos entre Israel y los gobiernos de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Sudán para normalizar sus relaciones diplomáticas, algo que Amán ya hizo en 1994 y que ha provocado numerosas críticas por parte de la Autoridad Palestina. Para conocer cómo evoluciona el comercio de las empresas españolas en la región y las oportunidades que puede encontrar nuestra industria entrevistamos a la embajadora de España en Jordania, Aránzazu Bañón Dávalos, poco antes de que intervenga en el encuentro que CEI-International Affairs, la Escuela Diplomática de Barcelona, ha ofrecido junto con el Cercle d’Economia este mes de noviembre.
¿Cómo ha influido el aumento de las tensiones en la zona en el acercamiento de empresas españolas al país?
Es cierto que existe un clima de inseguridad, no en Jordania, sino en países de la zona como Siria, pero debe destacarse que la inversión extranjera ha crecido en los últimos 10 años, superando el stock acumulado de inversión foránea los 36.000 millones de dólares, lo que equivale aproximadamente al 80% del PIB. Jordania ha mantenido siempre buenas relaciones con España y las oportunidades siguen surgiendo en sectores estratégicos.
¿En qué sectores se centra actualmente la presencia española en Jordania?
Tradicionalmente las inversiones españolas han girado en torno al sector de las infraestructuras. Un ejemplo son los proyectos de energías renovables mediante el ‘Jordan Renewable Energy and Energy Efficiency Fund’ o la renovación del puerto de Áqaba. El sector de las instalaciones eléctricas es el principal foco de negocio de los inversores españoles en el país.
¿Qué oportunidades existen para las empresas industriales españolas?
A parte de los sectores con presencia tradicional española, en estos momentos se está llevando a cabo un plan de reformas para diversificar la economía y potenciar sectores estratégicos.
De este modo, están apareciendo oportunidades en sectores como el agroalimentario (para cubrir la seguridad alimentaria), el turismo (reorientando prioridades y ofreciendo nuevos nichos) y el suministro de necesidades básicas como el agua, entre otros. También se ha notado un aumento del sector servicios y el comercio, potenciando sectores como el cosmético o el textil, que está entrando en el mercado de la mano de grandes firmas como Inditex.
¿Cómo pueden acceder al mercado las empresas españolas y aprovecharlas?
La fórmula más utilizada es el partenariado público-privado, asociarse con empresas jordanas para la realización de proyectos. Sin embargo, la casuística de cada proyecto es variada. En este sentido, la Embajada española en el país ofrece información detallada sobre las oportunidades en los distintos sectores, los proyectos en marcha y las instituciones que los gestionan.
Jordania es una economía abierta y en los últimos años se ha esforzado en proporcionar un marco jurídico seguro y flexible para las inversiones extranjeras. El ritmo de la burocracia se ha acelerado, agilizando los procedimientos.
El país lleva años apoyándose en la ayuda extranjera y recibe buenas ayudas del FMI y del BM. En el presupuesto de 2020 se incluyeron paquetes de estímulo en sectores como el inmobiliario o las infraestructuras. ¿Se prevé un cambio de modelo económico en el futuro, menos dependiente de ayudas y más fundado en inversiones productivas? ¿Es Jordania un país por el que apostar, siendo una empresa española?
Jordania se encuentra en una etapa de transformación política, centrada en una exigencia cada vez mayor de transparencia. Pero a la vez, a través de los paquetes de ayuda externa, se está llevando a cabo una reforma económica del país, que pasa por el fomento de la inversión extranjera. Jordania necesita empleo y el sector privado puede ofrecerlo.
Entre los años 2002 y 2010, la economía jordana creció tasas cercanas al 6,5%. A partir de 2011 se inició la desaceleración del crecimiento económico que en 2016 y 2017 fue del 2% y en 2018 disminuyó hasta el 1,9%. Una contracción económica que en los dos últimos años ha ido de la mano de un elevado nivel de desempleo (cercano al 20%) y la caída de la inversión extranjera. ¿A qué se debe este giro tan importante, ya antes de la pandemia?
En 2011 estalla la guerra en Siria y miles de refugiados huyen a Jordania. Casi 700.000 refugiados llegaron en cuestión de pocos meses, más de la mitad menores de edad. En consecuencia, Jordania tuvo que proporcionar asistencia sanitaria, alimentaria y educativa a prácticamente un 20% más de lo que era su población. Para mitigar el impacto económico y social ha sido necesario el apoyo financiero de organizaciones internacionales como el Banco Mundial o el FMI, pero en estos momentos se está trabajando en una agenda de reformas que ayuden a impulsar nuevamente el país.
A esta situación de partida de inestabilidad y caída de crecimiento, hay que añadir ahora las consecuencias originadas por la pandemia de COVID-19, con más de 100.000 contagios, y la caída del turismo, que representa cerca del 15% del PIB. ¿Cómo evoluciona la pandemia en el país? ¿La está gestionando bien el gobierno?
Jordania apostó por medidas de confinamiento estrictas en cuanto la pandemia empezó a extenderse y esto le sirvió para contar con cifras de sólo dos dígitos en contagiados y una tasa de mortalidad muy baja. Pero desde setiembre el gobierno ha optado por soluciones que combinan las necesidades sanitarias y económicas y la transmisión comunitaria ha provocado un aumento en el número de contagiados. A pesar de ello, el sistema sanitario jordano no se ha colapsado, se han construido hospitales de campaña y hospitales privados se han puesto a disposición de la sanidad pública.
Según los datos del mes de julio de 2020, las exportaciones de la Unión Europea a Jordania han tenido un valor de 1.733 millones de euros, lo que significa una disminución del 13,7% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Las empresas españolas no serán una excepción. ¿Se prevé una recuperación ágil en 2021? ¿Hay recorrido por delante para las exportaciones españolas y en concreto para las empresas industriales españolas?
Se prevé que en 2021 se produzca una recuperación similar a la caída que experimentará el país en 2020, de aproximadamente un 3%, un porcentaje menor que el de muchos países. La recuperación dependerá en gran medida de la implementación del paquete de reformas y la entrada de inversión extranjera.
España mantiene una sólida relación bilateral con Jordania y estratégicamente ha funcionado también como plataforma de entrada en la región, para tener acceso a mercados de mayor tamaño como Irak o Arabia Saudí. Las nuevas oportunidades en sectores estratégicos redundan tanto en beneficio de las empresas españolas como para el crecimiento y desarrollo del país.