Entrevistamos con gran interés al embajador de España en Polonia, Francisco Javier Sanabria Valderrama. El motivo es que Polonia se presenta como el país de la Unión Europea que mejor comportamiento tendrá en la recuperación de la actual crisis. Sexta economía más grande de la UE, desde hace mucho tiempo tiene la reputación de ser un país favorable a los negocios, con políticas macroeconómicas en gran medida sólidas. Principal beneficiario de las ayudas europeas, seguirá cofinanciando grandes proyectos interesantes para las empresas españolas. Pese a la modernización, el reciente triunfo del ultraconservador Duda, que seguirá 5 años más en la Presidencia, no renunciará a seguir siendo la que es: un país muy católico y de profundas raíces. Nos lo cuenta con detalle el embajador, con el que conversamos online, poco antes de que intervenga en el encuentro organizado por el CEI International Affairs, la Escuela Diplomática de Barcelona.
-amec elabora anualmente el Informe de Prospectiva de Mercados, nuestra publicación insignia que evalúa el potencial de los mercados prioritarios para nuestros miembros desde una perspectiva sectorial. Polonia se encuentra dentro del Top 10, ocupa la novena posición, y ha escalado dos posiciones respecto al año anterior. Puntúa especialmente bien por su Gobernanza, el entorno comercial y su proyección económica. Su evolución ha sido muy destacable, ¿a qué se debe?
Polonia es hoy y desde hace años un país de oportunidades comerciales, disfruta de un pulso vital alto, que se percibe muy bien estando aquí (en Varsovia). No hay apenas paro, la gente está ocupada, tiene un propósito vital y muchas cosas que hacer. Esto último lo comento porque es fruto de una evolución: Polonia tiene una historia trágica en el siglo XX. La guerra arrasó el país y especialmente Varsovia. Las generaciones anteriores a la población actualmente activa sufrieron mucho, lo pasaron muy mal. Hasta 1989 Polonia ha sido un país de frustraciones. Cuando entonces se abre el campo de la libertad y el emprendimiento, los polacos han sabido aprovechar muy bien esa oportunidad. Desde hace 30 años y hasta el año pasado ha crecido constantemente. Esto es una excepción en Europa. La crisis financiera y económica de 2008 les afectó apenas, el país siguió creciendo, sin recular ni sufrir ningún revés.
¿Logrará mantener tan buen comportamiento con la actual crisis?
Esta vez Polonia no será la excepción. En 2018 su PIB creció un 5,2%, y en 2019 un 4,3%. Si bien en 2020 caerá por primera vez, sin duda esta caída será muy inferior a la media europea y media internacional. Su caída se prevé que oscilará entre el 4-5%. Será uno de los países de Europa mejor parados de la pandemia. También se prevé un repunte virtuoso para 2021, con previsión de crecimiento superior al 4% en 2021. De esta forma, lo que recule este año se prevé que pueda recuperarse en 2021. Si es así, Polonia será uno de los países que antes esté preparado para el nuevo arranque, siempre que la pandemia no vuelva con rebrotes fuertes.
Para hacer posible este arranque, el Gobierno polaco está haciendo un escudo protector y de estímulo para las empresas y para preservar el empleo que suma unos 66.000 millones de euros, un 13% del PIB. Se resentirán las exportaciones porque el 80% de las exportaciones van a países de la UE, principalmente Alemania, que es su gran cliente y proveedor. Pero las previsiones en materia de empleo son bastante buenas. Está claro que en un primer momento va a subir el desempleo, pero se recuperará muy pronto, manteniendo una alta capacidad de consumo interno, que será el motor principal, y que atraerá importaciones de otros países.
¿Qué oportunidades ofrece a las empresas españolas? ¿En qué ámbitos la empresa industrial española puede encontrar oportunidades?
Las oportunidades se encuentran en muchos ámbitos. Para empezar, es un país consciente de que la economía verde, más pronto que tarde, se instaurará y todo girará en torno a ella. Polonia albergó la COP24 de 2018 en Katowice, desde la que realizó su gran apuesta en esta transición, en la que se encuentran muchas posibilidades. Polonia apuesta por la electromovilidad y en este terreno ofrece mucho empleo. También existen proyectos para instalar energía eólica offshore, en los que ya trabajan empresas españolas y tendrán muchas oportunidades las industrias auxiliares. La fotovoltaica también tiene un gran apoyo público y es una gran oportunidad.
Hay oportunidades en el tratamiento de los residuos sólidos y, en las ciudades, en el cambio del alumbrado hacia uno sostenible. Se están adjudicando muchos proyectos de iluminación en las calles, que se está modernizando, ya que Polonia era antiguamente un país con poca luz.
¿Cómo evoluciona la histórica falta de infraestructura y de red de ferrocarril?
Hay un proyecto muy importante, el del aeropuerto central, situado en el centro geográfico del país, a 40km al oeste de Varsovia, cuya construcción está prevista en 2021. Este aeropuerto nace con el objetivo de ser uno de los principales de Europa hacia destinos asiáticos, con el fin de albergar cuando se prevé que entre en funcionamiento, en 2027, 40 millones de pasajeros y pueda alcanzar hasta los 100 millones. A partir del aeropuerto central se va a construir una red de alta velocidad, para una comunicación rápida en tren. También mejorarán las comunicaciones por carretera.
Polonia es el primer beneficiario de los fondos europeos, con más de 82.000 millones de euros. En adelante, va a seguir siéndolo, pero con menor cantidad. Aún así se espera que sea por encima de los 60.000 millones. Los proyectos con fondos de la UE hay que cofinanciarlos, lo que significa que la inversión va a ser muy grande en infraestructuras y en el sector energético y limpio. Estos dos serán los principales capítulos en los que habrá mucho que hacer.
Sin duda se trata de grandes inversiones también muy interesantes para las empresas españolas.
Sí, y para ellas el turismo, la hostelería y los resorts son otro campo en el que hay muy buenas oportunidades. Polonia es un país que puede crecer mucho en número de visitantes. Tiene la región de los lagos, bosques, el Báltico... En ese terreno nuestras empresas tienen también mucha experiencia.
Otros campos son los equipos de protección individual, se necesitan en todas partes y si tenemos empresas fuertes que puedan proveer, sin duda Polonia también será un buen cliente. Además, como está creciendo la capacidad adquisitiva, también se están refinando los gustos: los polacos consumen cada vez más productos alimentarios de calidad, en los que nuestra industria es experta.
También existe un área importante en la creación de startups, hay muchos jóvenes emprendedores tanto en España y en Polonia que pueden compartir sinergias.
Polonia destaca por la fabricación de vehículos y componentes, como España. En muchas ocasiones la hemos visto como una competidora como país de localización para las multinacionales, a la vez que la exportación de componentes es nuestro principal nicho en el país. ¿Es para España una competidora o una aliada?
Polonia y España son fuertes en fabricación de vehículos y componentes. Volkswagen tiene sus plantas aquí, es su fábrica automovilística. También la República Checa y Eslovaquia lo son. Es atractiva más que otros países occidentales para la instalación de fábricas porque los costos aborales siguen siendo inferiores. Pero a la vez, empresas españolas como Gestamp o Grupo Antolin también se encuentran aquí. Nos estamos beneficiando igualmente porque casi un 20% de lo que exportamos a Polonia son componentes para el vehículo.
De la misma forma, el sector pasa ahora por un mal momento, por la transición en su modelo y por los efectos de la pandemia. Las fábricas han vuelto a funcionar tras más de un mes de paralización. Se prevé en algunas una reducción de plantilla, esperamos que pronto vuelva a crecer la demanda y el sector se recupere.
¿Cómo evaluaría el grado de dificultad/facilidad para las empresas industriales que desean instalarse en Polonia?
Sin duda, ofrece facilidades para las empresas que vienen. Se trata de un país que se caracteriza por una muy buena Formación Profesional, y por lo tanto, puede encontrarse personas bien preparadas. El gobierno actual y los anteriores se han preocupado mucho de atraer capital extranjero y recursos para su crecimiento. Existen las llamadas zonas económicas especiales, que ofrecen una serie de beneficios a inversores de otros países, unos beneficios que varían en función del tamaño de la inversión, de la actividad y del empleo que se crea. Actualmente hay 16 en el país, pero ahora se están extendiendo. Es una opción política que significa que el gobierno es consciente de que tiene mucho camino por recorrer. Cuando Polonia ingresó en 2004 en la Unión Europea su crecimiento estaba en un 40% del promedio europeo. A día de hoy está en el 72%. Hay previsiones con fundamento de que en esta década alcance el 100% del promedio de crecimiento de la UE.
Parece sorprendente que Polonia se trate de un país que recibe muchas ayudas de la Unión Europea y ponga en cuestión sus políticas. En las recientes elecciones presidenciales ha revalidado el ultraconservador Andrzej Duda. ¿Mantendrá su política de confrontación con la UE?
Su triunfo y el de su partido, Ley y Justicia, ha sido ajustado ajustado frente al candidato opositor y alcalde de Varsovia, Rafal Traskowki. El presidente tiene competencias importantes, que incluyen iniciativas legislativas, ya que Polonia tiene un sistema semipresidencialista. Como se trata de su último mandato, de 5 años, Duda va a querer dejar un legado de prosperidad económica y cohesión social. Es cierto que su gran socio, Alemania, así como la oposición, desean transformar la actual relación de confrontación con la UE. Ahora el partido Ley y Justicia, con la marcha del Reino Unido de la UE, está más por la labor, ya que ven una mejora de la influencia del país y de su peso relativo en la UE. Quizás podamos ver cierto acercamiento, pero nunca dejará de hacer valer lo que le ha dado el triunfo al presidente Duda: Polonia es un país de larga historia y tradiciones y arraigadas de forma importante en su catolicismo. Puede modular su manera de estar en Europa, pero no van a entrar en muchos aspectos que ellos ven como disolver sus esencias.