El embajador de España en Kenia, Javier García de Viedma, nos habla desde su residencia en Nairobi. Se trata de una persona muy afable, y por sus palabras transmite no sólo su amplio conocimiento, sino que además le agrada el país en el que reside y desempeña sus funciones. Le entrevistamos un poco antes de que empiece su intervención en el encuentro en streaming organizado por el CEI, la Escuela Diplomática de Barcelona, y nos cuenta que Kenia será uno de los países que, por su economía abierta y moderna, más se beneficiarán del acuerdo de libre comercio en África, que podría elevar el comercio intra-continental en un 50%. Las oportunidades para las empresas de amec se centran en maquinaria y material eléctrico, equipamiento para la construcción, la industria alimentaria y del envase y embalaje.
El crecimiento real del PIB de Kenia ha sido superior al 5% en la última década. ¿Cuál es la proyección económica del país? ¿Se espera que se mantenga este ritmo durante los próximos años?
Antes de la crisis de la COVID-19 las previsiones de crecimiento para 2020 eran muy positivas (6%, según el FMI). Como consecuencia de la pandemia estas cifras se reducen significativamente y oscilan entre las más optimistas del Gobierno (entre el 1,8 y el 2,5%, según los escenarios) y las más modestas de las Instituciones Financieras Internacionales (1% el FMI y 1,5% el BM en su escenario más favorable) . En cualquier caso, hay que destacar dos datos: la mayoría prevén crecimiento positivo en 2020 y todas las proyecciones prevén un rebote muy significativo para 2021, que alcanza el 5,6% según el FMI. Sólo el Banco Mundial en su escenario más negativo contempla que la economía se contraría en un -1,5%.
Si analizamos la estructura económica de Kenia observamos un peso todavía muy relevante de la agricultura y un auge en los últimos años del sector servicios. ¿Cuál es el papel de la industria en la economía keniata?
El reducido componente del sector industrial en la economía del país es uno de los desafíos que tiene por delante. El Gobierno de Kenia es muy consciente de ello y por eso el Presidente kenyatta lanzó a finales de 2017 su iniciativa conocida con el nombre “los Cuatro Grandes” (Big Four Action Plan), que se enmarca en el proyecto más amplio de la llamada “Visión 2030”, cuyo objetivo es convertir a Kenia en una economía industrializada de renta media-alta. Uno de los cuatro objetivos del Big Four es conseguir que el sector manufacturero tenga un peso del 15% en el PIB nacional en 2022 (frente al 7,5% actual, según el Kenya Bureau of Standards). Los otros tres son la seguridad alimentaria, vivienda y sanidad accesibles para toda la población.
En relación con la industria, ya en 2008 el ex presidente Mwai Kibaki lanzó la “Visión 2030” para la industralización de Kenia. ¿Se conseguirá el objetivo? ¿La Covid-19 cómo ha incidido?
Como señalaba anteriormente, los objetivos tanto de la “Visión 2030” como los más concretos de los “Big Four” constituyen políticas de Estado y el actual Presidente Uhuru Kenyatta ha hecho de ellos bandera y los considera parte esencial del legado que quiere dejar al país cuando termine su mandato en 2022. Sin embargo, no cabe duda que la Covid-19 representa una dificultad añadida a unos proyectos de por sí muy ambiciosos. No obstante, soy de la opinión que los “Big Four” van a seguir orientando la política de este Gobierno incluso con las limitaciones impuestas por la lucha contra la pandemia. Como en otros países, la Covid-19 ha puesto en evidencia en Kenia la importancia estratégica para un país de mantener un sector manufacturero dinámico y fuerte, por lo que esta crisis, si bien ha dañado temporalmente en términos de recursos los esfuerzos gubernamentales para apoyar el sector manufacturero, lo ha reforzado enormemente en términos de argumentos a la hora de mantener e incluso reforzar dicha política.
El Observatorio de amec elabora cada año el Informe de Prospectiva de Mercados, que destaca los países con mejores oportunidades de inversión para los distintos sectores de la asociación. Este año Kenia se ha quedado fuera de los 35 principales mercados. ¿Qué oportunidades ofrece el país a las empresas industriales españolas y qué sectores pueden verse más beneficiados?
Kenia tiene un tamaño y población muy similares a España, si bien su economía acumula un PIB algo mayor al del País Vasco y menor al de la Comunidad Valenciana. Es decir, la economía española tiene un tamaño 14 veces superior a la de Kenia. Sin embargo, deben tenerse en cuenta varios aspectos: el primero, que la economía ha crecido a un ritmo sostenido de entre el 5 y el 6% en los últimos años (incluso con la COVID-19 es probable que este año haya crecimiento); el segundo, que es la puerta de entrada para el mercado de África Oriental, donde viven unos 150 millones de personas; en tercer lugar, es uno de los países de la región con un mayor nivel de estabilidad política, que además apuesta de manera más decidida por el libre mercado y la apertura a las inversiones extranjeras; en cuarto lugar, es un país con una población joven y dinámica (en torno a un 75% de la población es menor de 25 años) y por último, Kenia cuenta con una fuerte penetración de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Las oportunidades para empresas españolas son muy amplias, pero destacaría los sectores de infraestructuras básicas (agua, energía, vivienda, comunicaciones), la seguridad alimentaria (agroindustria y economía azul) y manufacturas (cuero y textil). La crisis de la Covid-19 es probable que despierte igualmente el apetito por el sector sanitario. La cobertura sanitaria universal formaba ya parte de la Big Four Agenda, pero esta crisis ha dejado en evidencia no sólo las carencias que subsisten, sino la necesidad de una mayor autonomía del país en la producción de materiales e infraestructuras que necesita el sector sanitario. En concreto, las empresas de amec tienen oportunidades de negocio y exportación en sus diferentes sectores de actividad. En los últimos años la exportación de equipamiento industrial se ha centrado en maquinaria y material eléctrico, equipamiento para la construcción, equipamiento para la industria alimentaria y para envase y embalaje.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Layen, afirmó el pasado 27 de febrero que no espera que el continente africano “se adapte” a las políticas de la UE, pero sí que puedan cooperar “como iguales” en materia comercial, climática y en políticas de paz. El año pasado entró en vigor la AfCFTA (African Continental Free Trade Area), la mayor área de libre comercio en número de países del mundo desde la OMC (55). ¿Qué beneficios puede reportar para Kenia y para España esta ambiciosa iniciativa integradora?
Como era de esperar, Kenia fue uno de los primeros países africanos en suscribir el AfCFTA, e incluso aspiró a ser sede de la Secretaría del Tratado, lo que demuestra el compromiso del país con el mismo. No en vano, el libre comercio y el panafricanismo son dos de las prioridades de la política exterior del país. Creo que a nadie se le oculta que la creación de un área de libre comercio en el continente africano constituye un paso de gigante en la integración continental que beneficia a todo el continente y a aquellos que comercian con él. Según estimaciones de Naciones Unidas, la implementación del acuerdo podría elevar el comercio intra-continental en un 50%, de lo que sin duda se beneficiarán sus socios. Es cierto que queda aún bastante camino para conseguir materializar el acuerdo, pero soy de la opinión que Kenia, por su economía abierta y moderna, es de los países africanos que más se beneficiarán de la iniciativa. En este sentido, las empresas españolas que se encuentren asentadas en el país sin duda podrán sacar enorme provecho del área de libre comercio continental. Hay que destacar, por otro lado, que Kenia es uno de los mayores promotores de una mayor integración en la Comunidad del África Oriental y está iniciando negociaciones de un acuerdo de libre comercio con EE.UU. Desde el punto de vista de la empresa española, es de esperar que este acuerdo facilite el acceso a un único mercado de gran tamaño, sin barreras internas continentales.
Respecto al clima, se repite últimamente que África no debe repetir los errores de Europa y debe tomar la vía rápida hacia una economía moderna y sostenible. Kenia prohibió las bolsas de plástico en 2017 y parece que los resultados son satisfactorios. ¿Cómo plantea Kenia esta etapa de transición hacia una economía más comprometida con el medio ambiente?
Nairobi es la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y desde siempre Kenia ha sido un país pionero en cuestiones medioambientales. Desde la creación de Parques Nacionales hasta la interdicción de la caza, pasando por la prohibición de bolsas de plástico y la más reciente de impedir las botellas de plástico de un solo uso. En materia energética, el país dispone de una de las redes de energías renovables más amplias del continente y en torno a un 70% de la capacidad eléctrica del país proviene de energías renovables. Como botón de muestra, el parque eólico más grande de África (con capacidad de unos 400 Mw) está Turkana, en el norte del país. Kenia es, de hecho, uno de los países africanos con mayor potencial en generación de energía limpia, tanto solar, como eólica, hidroeléctrica, biomasa y geotérmica. En el caso de la energía geotérmica, cabe destacar que Kenia es el mayor productor de África y esté entre los primeros a nivel mundial.
La Embajada está también acreditada ante Somalia y Uganda. Respecto al primero, y a nivel de políticas de paz, España mantiene una destacada participación en operaciones como la EU NAVFOR ATALANTA para luchar contra la piratería. ¿Cuál es el clima actual en este enclave estratégico con salida al Golfo de Adén?
Somalia es uno de los países más inseguros del planeta, con potencial desestabilizador en todo el Cuerno de África. España está muy comprometida con la situación de seguridad en el país. No sólo somos el único país europeo que ha formado parte de la operación ATALANTA desde sus inicios, sino que tenemos permanentemente un buque de guerra en la zona y alojamos el cuartel general de la Misión, con sede en Rota. Su presencia es crucial para evitar los ataques de piratería en una zona fundamental para el tráfico marítimo y pesquero. Pero nuestro país no se limita sólo a las aguas del Índico, también somos el segundo contribuyente en tropas a EUTM, la Misión de entrenamiento de la UE para las Fuerzas Armadas somalíes, cuya profesionalización y capacitación son necesarias para que el país pueda hacerse responsable de su propia seguridad en el futuro.
Pese a todas las dificultades por las que atraviesa el país, las cosas están mejorando poco a poco en diversos ámbitos: económico (con la consecución de la calificación para conseguir el alivio de su deuda), de seguridad (la piratería está reducida prácticamente a cero y aunque Al-Shabaab sigue haciendo mucho daño, las FFAA somalíes han logrado liberar zonas del territorio) y político (el Gobierno tiene por delante diversas tareas, desde la celebración de elecciones en 2021 hasta la elaboración de una constitución definitiva, pasando por el entendimiento con los Estados Federados. No le oculto, si embargo, que Somalia sigue sufriendo de graves problemas de inseguridad e inestabilidad, que dificulta enormemente la actividad del sector privado con unas mínimas garantías.
Otro actor regional clave en África central y oriental es Uganda, que este junio pondrá en marcha su tercer Plan Nacional de Desarrollo con el objetivo de convertirse en un país de renta media. ¿Qué oportunidades ofrece para los sectores de amec este país?
Uganda es un país de renta baja, de pequeño tamaño y escasamente industrializado. Los Planes Nacionales de Desarrollo son el instrumento de programación económica dentro de la iniciativa del Presidente Museveni de transformación del país a largo plazo –Uganda Vision 2040-. Se trata de planes quinquenales iniciados en 2010 y cuya tercera edición se aprobó en enero de 2020. Sin abandonar las líneas maestras de planes anteriores –la transformación de Uganda en país de renta media mediante la promoción de varios sectores económicos estratégicos (agroindustria, industrias extractivas como minería y petróleo, turismo)-, el III PND recoge objetivos socioeconómicos esbozados con cierta vaguedad (“transformación de una sociedad rural en una sociedad moderna”, “mejora de la calidad de vida de los ugandeses”, “industrialización sostenible”) pero en su desarrollo apunta, como principal finalidad la sustitución de importaciones mediante el desarrollo industrial del país. En ese sentido, tanto el desarrollo de la agroindustria como el impulso decidido de la minería y el petróleo –una apuesta personal de Museveni, que se ha implicado en la resolución de los conflictos entre el Estado y las concesionarias de exploración petrolera en Uganda y de éstas entre sí-, pueden suponer oportunidades de negocio para el sector industrial español, muy bien posicionado en todos esos sectores. La necesidad de equipamientos en este proceso de industrialización (maquinaria y equipamiento eléctrico principalmente) es quizás el principal nicho para nuestras empresas. Asimismo, existen oportunidades de exportación para las empresas de AMEC en el equipamiento para la industria de alimentación y bebidas.
Hay que tener en consideración, sin embargo, dos factores: en primer lugar, la dura competencia china en estos sectores, ya que gran parte de la financiación del desarrollo industrial en Uganda viene de ese país y normalmente ligada a la compra de bienes y servicios de empresas chinas, y en segundo lugar el impacto negativo de la crisis del COVID-19 en los planes de desarrollo del gobierno. En este sentido, el primer presupuesto del Estado presentado tras la aprobación del III PND –y que en teoría es el principal instrumento de aplicación del Plan- ha sido presentado a finales de mayo y criticado precisamente por su falta de alineamiento con los objetivos del III PND, lo que es achacable a las necesidades por las que pasa el país tras la paralización de la economía por la pandemia.