Esta semana hacemos foco sobre los indicadores que nos pueden ayudar a identificar las oportunidades de negocio en tiempos de Covid-19.
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Susana Gonzalez Ruiz
Observatorio amec
El Banco de España presenta tres posibles escenarios para la economía española, a partir de los cuales se obtienen retrocesos del PIB en 2020 del –6,8 %, –9,5 % y –12,4 %, respectivamente. Estos datos reflejan el peso destacado del turismo y la hostelería, entre los más perjudicados por la crisis.
El retroceso del PIB se concentraría en el primer semestre del año y la recuperación se iniciaría en el segundo semestre, pero en ninguno de los escenarios se obtiene que a finales de 2020 se alcance el nivel de PIB previsto antes de la crisis. De hecho, las repercusiones se dejarían notar todo 2021.
El Banco de España también ha realizado una encuesta para conocer el impacto de la Covid-19 sobre las empresas. Destacamos aquí los resultados sobre los factores causantes de la caída de la actividad. La disminución de la demanda y la parada de la actividad, pese a ser los principales motivos, afectan en menor grado a la industria.
Los datos avanzados para abril del PMI compuesto de IHS Markit señalan una importante desaceleración de las economías del G4 (Estados Unidos, UK, Japón y la Zona Euro), con un índice de producción manufacturera cayendo a un nuevo mínimo histórico de 26,6.
En cuanto al Índice de Producción del Sector Manufacturero (basado en la pregunta sobre si el nivel de producción de la empresa es superior, igual o inferior respecto al mes anterior), la Zona Euro pasa de 38,5 en marzo a 18,4 en abril debido al cierre de muchas empresas no esenciales, la reducción drástica de la demanda y la escasez de personal e insumos.
Finalmente, la Comisión Europea ha publicado sus previsiones de crecimiento para las exportaciones de bienes y servicios de la Unión Europea (UE). En conjunto, se prevé una reducción total del 9,2% de las exportaciones dirigidas fuera de la UE. Aunque los sectores de manufacturas verían reducir sus exportaciones un 10% en promedio, algunos sectores, como los equipos de transporte y la maquinaria eléctrica resultan más afectados.
Oxford Economics ha analizado el desarrollo de la economía en China este último mes, como referente avanzado para otros países que han aplicado medidas de contención. Más allá de la caída del PIB, los datos de marzo muestran una mejoría en comparación con los meses anteriores, especialmente en las tasas de crecimiento del valor añadido para la industria y la inversión en activos fijos.
No obstante, la lenta recuperación del gasto de los hogares chinos hace suponer que es poco probable que los consumidores se apresuren a volver a las tiendas tan pronto como se levanten las restricciones. La experiencia recogida en China sugiere que un factor clave para velocidad de recuperación es la percepción de riesgo de los ciudadanos, que no retomarán su actividad normal hasta tener una prueba sostenida de que el virus está bajo control.
Volviendo a España, Randstad Research ha llevado a cabo una estimación acerca de la recuperación de las actividades económicas tras el periodo de confinamiento. Según esta, las industrias manufactureras (a excepción de las químicas o farmacéuticas) comenzarán la recuperación en junio, pero hasta mediados del próximo año no recobrarán la actividad normal.
El Tony Blair Institute for Global Change ha analizado, por su parte, el impacto de las medidas de control de la Covid-19. Si bien un levantamiento tardío o mal programado de las restricciones puede provocar un daño permanente de la economía, la retirada de las restricciones sin otras medidas puede acelerar la propagación del virus o provocar nuevos focos, como está sucediendo en China y Singapur.
Cuando, hace unos meses, el Observatorio amec elaboró el Informe de Prospectiva de Mercados 2020 para los miembros de la asociación, los indicadores utilizados para identificar los países con mayor nivel de oportunidad sectorial eran principalmente económicos, sociales y comerciales.
En el contexto actual, los indicadores deben ser de una índole bien diferente, por su naturaleza y su temporalidad. Por un lado, ya no sirven indicadores a largo plazo y referidos al año anterior. Se requieren indicadores que reflejen el momento actual, que podemos obtener a través de encuestas de sentimiento económico, como Índice de Gestores de Compras (PMI), y el análisis del Big Data. Así, vemos cómo sus últimos informes, el Banco Mundial ha recurrido a datos de movimiento de personas o consumo energético.
Por otro lado, los indicadores económicos deben complementarse con ratios de infección y mortalidad de la Covid-19, ya que el crecimiento económico de un país en estos momentos puede reflejar bien que la pandemia está siendo controlada, bien que aún no ha empezado a crecer.
Que un país aplique medidas de contención suaves también puede ser engañoso. Puede significar que se ha controlado la infección y se entra en una etapa de relajación, pero también puede reflejar una mala gestión de ésta, como en el caso de Suecia.
A través de las alertas semanales, el Observatorio amec muestra los indicadores económicos más actualizados, pero también es importante seguir de cerca de los datos de la pandemia. Esta semana queremos recomendaros la página sobre la Covid-19 de Our World in Data, un proyecto del Global Change Data Lab de Oxford University.
Aquí os mostramos una serie de gráficos del total de muertes confirmadas de COVID-19 que permiten comparar la evolución de la epidemia. Hemos seleccionado una serie de países, por regiones. En todos los gráficos se incluye Austria, de manera que permita hacer una comparación visual.