La Directiva sobre Declaraciones Verdes de la Unión Europea (Green Claims Directive) tiene como objetivo establecer un marco claro para que las empresas de la UE respalden sus declaraciones ambientales y abordar el problema del «greenwashing».
La Green Claims Directive aplicará a una amplia gama de empresas que comercializan productos y servicios en la Unión Europea que hagan afirmaciones sobre su impacto positivo en el medio ambiente, como «neutro en carbono», «plástico reciclado en un 30%» y «emisiones de CO2 reducidas a la mitad en comparación con 2020».
Esto incluye a:
También se aplicará a empresas fuera de la UE que comercialicen productos en el mercado europeo.
No se aplicará a afirmaciones obligatorias ya reguladas por otras normativas de la UE, como las etiquetas de eficiencia energética o de economía de combustible. Las microempresas estarán exentas.
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El Consejo adoptó su posición sobre la Directiva en junio de 2024. Esta posición servirá de base para las negociaciones con el Parlamento Europeo sobre la forma definitiva de la directiva.
Se espera que las negociaciones comiencen en el nuevo ciclo legislativo. Dependiendo de la velocidad de las negociaciones y aprobaciones finales, las obligaciones para las empresas podrían comenzar a aplicarse a partir de 2026.