La EU General Product Safety Regulation (GPSR) es una normativa de la Unión Europea que regula la seguridad de los productos de consumo no alimentarios en el mercado europeo. Fue adoptada en 2023, reemplazando a la anterior Directiva de Seguridad General de los Productos (2001/95/EC). El objetivo de la GPSR es garantizar que los productos de consumo que se comercializan en la UE sean seguros para los consumidores. 

Ámbito de aplicación  

La regulación se aplica a todos los productos de consumo que no están cubiertos por normativas específicas de la UE, estableciendo que estos deben ser seguros cuando se comercializan.  

Esto incluye una amplia gama de productos: 

• Electrodomésticos: Como refrigeradores, lavadoras, aspiradoras, etc. 

• Juguetes: Incluyendo todos los tipos de juguetes para niños que no estén cubiertos por otras normativas específicas. 

• Herramientas eléctricas: Como taladros, sierras, y otros equipos de bricolaje. 

• Muebles: Incluyendo sofás, sillas, mesas, camas, etc. 

• Productos electrónicos: Como teléfonos móviles, tabletas, ordenadores, y accesorios electrónicos. 

• Equipos de deporte y recreación: Como bicicletas, patinetes, equipos de gimnasia, etc. 

• Ropa y calzado: Exceptuando aquellos que tengan una normativa específica. 

• Artículos de cuidado personal: Como secadores de pelo, planchas, afeitadoras eléctricas, etc. 

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La GPSR no se aplica a productos que ya están regulados por otras legislaciones específicas de la UE que contienen requisitos de seguridad. Ejemplos de estos productos incluyen: 

• Medicamentos y productos sanitarios. 

• Alimentos y productos agrícolas. 

• Automóviles y otros vehículos regulados. 

• Sustancias químicas reguladas bajo REACH. 

• Dispositivos médicos. 

 

Responsabilidades de los operadores económicos 

La GPSR establece responsabilidades claras para los operadores económicos en la cadena de suministro, que incluyen a fabricantes, importadores, distribuidores y plataformas en línea en relación con la seguridad de los productos. Esto incluye la realización de evaluaciones de riesgo, el seguimiento de los productos en el mercado, y la toma de medidas correctivas cuando sea necesario. 

Responsabilidades de los Fabricantes: 

• Diseño y producción seguros: Los fabricantes deben asegurarse de que los productos sean diseñados y fabricados cumpliendo con los requisitos de seguridad aplicables, garantizando que no presenten riesgos para la salud y la seguridad de los consumidores. 

• Evaluación de riesgos: Antes de introducir un producto en el mercado, los fabricantes deben realizar una evaluación de riesgos que tenga en cuenta los peligros potenciales del producto durante su ciclo de vida. 

• Instrucciones y advertencias: Los productos deben ir acompañados de instrucciones claras y advertencias sobre su uso, en un lenguaje comprensible para los consumidores del país donde se comercializan. 

• Trazabilidad: Los fabricantes deben asegurarse de que los productos lleven información que permita rastrear su origen, como el nombre y la dirección del fabricante, un número de serie, o un código de lote. 

• Medidas correctivas: Si un producto presenta riesgos, los fabricantes deben tomar medidas correctivas, que pueden incluir la retirada o el retiro del producto del mercado. También deben notificar a las autoridades competentes y colaborar en cualquier investigación relacionada. 

Responsabilidades de los Importadores: 

• Verificación de la conformidad: Los importadores deben asegurarse de que los productos que introducen en la UE cumplan con los requisitos de la GPSR, verificando que los fabricantes hayan realizado las evaluaciones de riesgo necesarias y que los productos lleven las etiquetas de conformidad correspondientes. 

• Información y trazabilidad: Los importadores deben proporcionar su nombre, dirección y otros datos de contacto en el producto o, si no es posible, en el embalaje o en un documento que lo acompañe. 

• Control continuo: Los importadores deben realizar un seguimiento continuo de los productos que introducen en el mercado para detectar cualquier riesgo potencial y tomar las medidas correctivas necesarias si se identifican problemas. 

Responsabilidades de los Distribuidores: 

• Transparencia y cooperación: Los distribuidores deben actuar con la debida diligencia, asegurándose de que los productos que comercializan cumplan con los requisitos de la GPSR y de que no presenten riesgos para los consumidores. 

• No alteración: No deben alterar las características de seguridad del producto, la información proporcionada por los fabricantes o importadores, ni los procedimientos de trazabilidad. 

• Colaboración en las retiradas: Si un distribuidor identifica que un producto que comercializa es peligroso, debe colaborar con los fabricantes, importadores y autoridades competentes en la retirada del mercado y en la notificación a los consumidores. 

Responsabilidades de las Plataformas Online: 

• Verificación de vendedores: Las plataformas en línea deben tomar medidas razonables para verificar que los productos ofrecidos por terceros vendedores cumplan con los requisitos de seguridad antes de permitir su venta en la plataforma. 

• Retirada rápida de productos peligrosos: Las plataformas deben disponer de mecanismos efectivos para retirar rápidamente los productos que se identifiquen como peligrosos, basándose en alertas de las autoridades o de los propios consumidores. 

• Transparencia: Deben asegurar que los consumidores puedan identificar claramente al vendedor responsable y obtener información suficiente sobre el producto y su conformidad con las normativas de seguridad. 

Sistema de Alerta Rápida y Colaboración: 

Todos los operadores económicos están obligados a cooperar con las autoridades nacionales y europeas, especialmente en el contexto del sistema de alerta rápida (RAPEX), para garantizar la rápida identificación y retirada de productos peligrosos del mercado. 

Documentación y Conservación: 

Los operadores deben conservar la documentación relevante (como evaluaciones de riesgo, informes de conformidad, etc.) durante un tiempo definido, 10 años después de la comercialización del producto, para facilitar la trazabilidad y la respuesta a problemas de seguridad.