Algunos de los puntos clave de esta nueva ley incluyen: 

• No discriminación: Unifica las normativas para empresas extranjeras y locales, asegurando que los inversores extranjeros sean tratados de manera equitativa, eliminando una barrera importante para la inversión extranjera. 

• Simplificación del proceso: Se eliminará el régimen de licencias de inversión extranjera, reemplazado por un proceso más ágil y simplificado para la creación de negocios con propiedad extranjera. 

• Uso de mecanismos alternativos de resolución de disputas (ADR): La ley reconoce formalmente el arbitraje y otros métodos de resolución de disputas fuera de los tribunales sauditas. 

• Excepciones a la lista negativa: Por primera vez, los inversores extranjeros podrán solicitar excepciones a las restricciones impuestas en ciertos sectores, en un enfoque caso por caso. 

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Esta legislación es parte de una serie de reformas iniciadas en 2016 para mejorar la transparencia, la competitividad y la apertura del entorno empresarial saudita hacia los inversores internacionales. 

Sin embargo, el nuevo marco legal no aborda algunos problemas estructurales más profundos, como la percepción de deficiencias en derechos humanos y gobernanza, lo que sigue generando incertidumbre para algunos inversores. A pesar de estos desafíos, la ley se ve como un paso importante para atraer más IED.