Según nos informa la Oficina Comercial en Bolivia, el país está inmerso en una crisis de balanza de pagos y la realidad es que el sistema financiero está imponiendo un corralito de facto a las cuentas en divisas, limitando su acceso y operatividad.

La caída en la producción de los hidrocarburos y el aumento del déficit fiscal ha limitado la liquidez del Estado, especialmente a partir la segunda mitad de 2023, cuando se empezó a sentir el desabastecimiento de dólares y las dificultades para realizar giros internacionales por parte de los bancos.

Por su parte, CESCE nos confirma que la situación en Bolivia es muy delicada. Según nos informan, la cobertura está cerrada a corto plazo y, a largo plazo, se estudia caso a caso, aunque la evolución es desfavorable.