El conflicto entre Estados Unidos e Irán ha sido una constante fuente de tensión desde hace décadas, marcado por una serie de sanciones impuestas por el gobierno estadounidense para debilitar el régimen iraní y limitar su capacidad militar y nuclear.

Las sanciones de Estados Unidos, con carácter extraterritorial, intentan disuadir a las empresas de tener relaciones comerciales con Irán a través de medidas económicas y restricciones financieras. Estas sanciones incluyen la congelación de activos, prohibiciones de transacciones financieras y comerciales, y restricciones de visado para individuos involucrados en estas operaciones.

Las empresas que, pese a las dificultades, aún mantienen relaciones comerciales con Irán han detectado una intensificación de estas sanciones en los últimos meses.

En concreto, el gobierno estadounidense está ampliando la lista de entidades iraníes con las cuales las relaciones comerciales están sancionadas (Specially Designated Nationals and Blocked Persons List, “SDN List”), acusándolas de mover miles de millones de dólares para el ejército de Irán.

Según el gobierno estadounidense, estas entidades formarían parte de una «red bancaria en la sombra» utilizada por el Ministerio de Defensa y Logística de las Fuerzas Armadas de Irán (MODAFL) y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), ambos bajo sanciones.